
Jerzy Flisak. 1959
Definido por el contexo histórico de su país y subyugado al régimen comunista, el cartel polaco fue una explosión de expresividad, intenciones y personalidad con la que cada autor se desprendió de los cánones marcados para marcar una nueva época.
A lo largo de este reportaje haremos un breve recorrido histórico siguiendo su evolución. Desde los inicios hasta su decadencia, pasando por su clímax y analizando sus puntos de inflexión más importantes.
Nacimiento
El cartel como expresión artística
Tras el colapso de la Mancomunidad Polaco-Lituana en 1795, Rusia, Austria y Prusia dividieron y se hicieron con el control del territorio polaco.
A finales del S.XIX la ciudad de Cracovia se estaba convirtiendo en la cuna artística y cultural de la nación, poblándose por artistas, poetas y escritores de toda Europa que traían consigo las tendencias modernistas de la época.
Mientras tanto, a poco más de un millar de quilómetros, el cartel acababa de nacer en Francia de la mano de Jules Chéret y la litografía a color.
Su influencia, junto con las de otros artistas como Toulouse Lautrec, hizo que no pasara mucho tiempo hasta que los artistas de Polonia aceptaran el cartel como nuevo medio de expresión artística.
Polonia se formó en el cruce de culturas entre este-oeste y eso se reflejó en sus carteles. Eran una combinación de la cultura autóctona, el arte bizantino y la inundación artística y cultural foránea. El folclore y la simbología nacional se entremezclaban con influencias del Jugendstil, los japonismos y el modernismo Europeo.
Los carteles solían utilizarse para anunciar actos artísticos, exposiciones, obras de teatro y ballets. Eso los hizo muy populares y facilitó que en 1898 se llevara a cabo en el Museo Municipal de Tecnología e Industria de la cuidad de Cracovia una exposición internacional de carteles (la primera de la historia)
El organizador de esta exposición y director del museo, Jan Wdowiszewski, escribió dos ensayos sobre el movimiento reconociendo el poder del cartel como espejo físico y mental de la sociedad, impulsando así la promoción del estilo nacional como verdadera independencia artística, cultural y política.
Evolución
El turismo y Stefan Norblin
Tras la Primera Guerra Mundial, Polonia recobró su independencia y renació bajo el nombre de Segunda República Polaca. En ese periodo de resurgimiento, el crecimiento de las industrias se intensificó enormemente, entre ellas el turismo.
Con el objetivo de crear una campaña de promoción nacional, el Estado designó a Stefan Norblin (1892-1952) como artista encargado de la realización de una serie de carteles.
Stefan Norblin era un artista plástico realista. Abordó el cartel como si de un lienzo se tratase y se caracterizó por el uso de imágenes obvias, formas reconocibles y siluetas claras para asegurarse la lectura del espectador.
Este es uno de los primeros puntos de inflexión en lo que respecta al transcurso de la evolución del cartel polaco. Se desarraiga tímidamente del modernismo foráneo para concentrarse en una gráfica autóctona y popular, fácil de asimilar para el espectador y con un carácter de comunicación fuertemente marcado.
La publicidad y Tadeusz Gronowski
El desarrollo de las industrias también supuso un crecimiento notable en el comercio polaco. El mercado comenzó a saturarse con productos nuevos y de gran variedad haciendo necesaria la publicidad como salto cualitativo ente marcas. El cartel fue el medio de comunicación elegido para llevar a cabo esa tarea.
Las exigencias del mercado hicieron que estos carteles usasen un lenguaje visual sencillo para poderse comunicar de la manera más directa con el espectador.
Los estudiantes de arquitectura de Varsovia fueron los creadores más prolíficos de este periodo. Éstos no estaban sujetos al lastre académico que podrían tener los artistas plásticos de la generación anterior y comenzaron a aplicar las reglas de la geometría en los carteles.
Entre estos estudiantes estaba Tadeusz Gronowski (1914-1956), el primero en especializarse en el arte del cartel.
Solucionando las nuevas necesidades a las que se enfrentaba la publicidad y usando un amplio abanico de técnicas, creó los carteles más impactantes de la época con un diseño de imagen sencilla y texto frugal (tomado del racionalismo suizo y la vanguardia europea). Sintetizaba las imágenes y las palabras hasta que el contenido era expresado a través de su más simple presentación.
Gronowski abordaba el cartel como un medio en sí mismo. No adaptaba el estilo pictórico al cartel sino que veía en él la oportunidad de crear algo nuevo, una nueva forma de expresión artística.
Es uno de los primeros autores en combinar conscientemente la tipografía con la ilustración, y lo que es más importante: en vez de apostar por la obviedad prefiere ofrecerle al espectador una mirada diferente sobre la temática.
Los arquitectos de Varsovia
En los años treinta, los profesores Zygmunt Kaminski (1888-1969 ) y Edmund Bartlomiejczyk (1885-1950) tomaron el relevo del trabajo y la mentalidad de Gronowski.
Gracias a sus obras y a la de muchos otros autores, la arquitectura comenzó a verse como la Gesamtkunstwerk (obre de arte total), la suma de artes aplicadas a una función específica y práctica.
Combinaron el enfoque de Gronowski con un sentido técnico de la composición, la proporción natural y la incorporación de la tridimensionalidad. La característica más importante que incorporaron al cartelismo polaco fue la de adaptar el estilo gráfico al tema concreto de los carteles. De esa manera los carteles de productos mecánicos se realizaban con líneas duras y formas geométricas, los carteles de comedías teatrales con formas suaves y toques de humor, y usaban las composiciones dinámicas para los eventos deportivos.
La institucionalización del cartel.
En 1939 estalló la Segunda Guerra Mundial y poco después Polonia fue ocupada por la Alemania nazi y la Unión Soviética. El azote devastador que todos conocemos no pasó por alto a este país y se llevó a más de seis millones de polacos a la tumba. Al finalizar la guerra, emergió de sus cenizas como la República Popular de Polonia, bajo un régimen comunista de influencia soviética.
El nuevo gobierno vio la necesidad de difundir una nueva estética para que las nuevas instituciones fuesen aceptadas por el pueblo. Con ese objetivo se creó el Estudio de Cartel de Propaganda, establecido en la ciudad de Lublin.
El gobierno facilitó una lista de frases usadas en la propaganda soviética y patrones gráficos usados por la TASS (Agencia Telegráfica de la Unión Soviética). Se elaboraron normas gráficas para crear un método de trabajo para los carteles de propaganda, introduciendo un nuevo lenguaje visual con imágenes cargadas de simbolismo, color y patrones estilizados influenciado por el cartel propagandístico de la Unión Soviética.
Este periodo marcó el transcurso del cartelismo polaco al aparecer el primer cartel institucionalizado, hecho que daría paso al fenómeno conocido como Escuela de Cartel Polaco.
Clímax
El cartel cinematográfico
En los años cincuenta y sesenta el ambiente bélico se calmó y dio paso a lo que supuso la edad de oro del cartelismo polaco gracias a la industria cinematográfica que, al igual que todo lo demás en Polonia, estaba controlada por el Estado.
Habían dos instituciones responsables de la reproducción de carteles: Film Polski y Centrala Wynajmu Filmow. Para ellas trabajaron un gran número de autores diferentes, lo que supuso que cada cartel tuviese una voz individual. Gracias a ello ese periodo estubo marcado por tener diferentes estilos.
Con la muerte de Iósif Stalin en 1953, el Estado volvió a abrir un pequeño hueco para la expresión artística siempre y cuando estuviese sujeta a los cánones de censura estipulados. A raíz de aquí y durante los siguiente años aparecerían las grandes obras del cartelismo polaco.
La explicación más lógica a este hecho es la confluencia de tres situaciones:
- El cartelismo era básicamente el único medio de expresión artística individual que el Estado permitía.
- El Estado no se preocupaba de cómo se veían los carteles
- El trabajo fuera de las restricciones comerciales del capitalismo era ilegal y, por lo tanto, todo trabajo gráfico que no fuese el cartelismo estaba prohibido. Por eso los diseñadores, pintores y artistas gráficos no tuvieron otra opción que dedicarse plenamente a esa tarea.
En este periodo el cartel era impulsado por el propio autor y no por un estudio. Tanto la realización como el resultado final era más parecido al de una obra de arte que al de un trabajo comercial y la diferencia más notable respecto a sus antecesores era la total libertad que tenía el autor sobre sus obras.
Estos autores consiguieron crear una gráfica inspirada en las películas pero sin mostrarlas. En el cartel polaco no habían grandes estrellas de cine saltando sobre explosiones ni primeros planos de la cara del protagonista, incluso en muchas ocasiones el cartel no hacía referencia directa al título. En el cartel polaco se jugaba con el concepto, con la simbología y con la lectura entrelíneas.
Para poder comprobar lo alejados que estaban gráficamente del resto de carteles cinematográficos de la época, vamos a ver un ejemplo comparativo de carteles realizados para la película La Gran Evasión de distintos países:
Decadencia
La privatización
En 1968 se creó Museo del Cartel en la ciudad de Wilanów (el primer mueso de carteles del mundo), pero el auge del cartel polaco no duraría mucho más.
A mediados de los sesenta y durante la década siguiente la fuerza del cartel se fue reduciendo.
En los años ochenta el pueblo se opuso fuertemente al régimen comunista que cada vez era más opresivo. El cartelismo, que estaba vinculado al Estado, fue perdiendo fuelle hasta que en 1989 acontecieron tres sucesos que acabaron por robarle su último aliento y hacerlo desaparecer: las Revoluciones de 1989, el derroque del comunismo y la privatización de la industria cinematográfica.
En definitiva, podemos considerar al cartel polaco como uno de los puntos de inflexión más importantes dentro de la historia del grafismo. La censura a la que estuvo sujeto ayudó a confeccionar una manera de comunicación indirecta a través de una imagen clara y fuerte, capaz de sorprender. Ese es el legado que nos dejó y su influencia puede verse ilustradores de todo el mundo.
Fuentes:
- Andrea Austoni. The legacy of polish poster design. Smashing Magazine
- Bárbara Paciorek. Cartel Contemporáneo Polaco 1945-2006. UAM-X, CyAD. 2011
- Bernardo Ruiz. Diseño polaco en la Segunda Guerra. 25 Horas
- Polinia. Wikipedia
- Galeria Plakatu Kraków
– The Art of Poster
– Polish Film Posters
– Polish Posters
– Wilanów Poster Museum
– Learn About Movie Posters
- Polish Poster Gallery

Que grande, Miguel! Necesitaré tiempo para absorver tanta información. Enhorabuena por el post.
Muchas gracias Gustavo!
Menos stress que con PANDEMIA :))
Buen reportaje, buena información y buenos carteles Miguel.
Un abrazo
Lo del stress sería discutible Fer! jajajaja
Muchas gracias, nos vemos pronto!
Un abrazo.
Excelente reportaje, muchas gracias Miguel Montaner. Saludo desde Cali, Colombia.
Muchas gracias Dulima por comentar y verlo desde tan lejos.
Un saludo.
Super interesante. Sois unos cracks
Excelente contenido,la base primordial en la que me guíe para mi tésis felicidades!!!