Emiliano Ponzi vive en Milán, ciudad desde donde realiza sus audaces ilustraciones, cargadas de metáforas y compuestas por potentes composiciones, para el mundo entero.
A lo largo de su prolífica carrera ha trabajado para publicidad, revistas, libros, periódicos y animaciones, y entre sus clientes se encuentran algunos de los medios más conocidos como The New York Times, Le Monde, The New Yorker, The Boston Globe, Time, The Economist, Newsweek, United Airlines, Penguin books, Saatchi&Saatchi New York, Leo Burnett Iberia, La Repubblica, Feltrinelli, Il Sole 24 Ore, Mondadori, Wired, Triennale Design o Museum.
Su reputación no solo se puede medir por los medios en los que ha trabajado, si no que puede reflejarse por los numerosos premios que ha recibido entre los que se incluye un codiciado Young Guns Award por New York’s Art Directors Club, medallas de honor por Society of Illustrators New York, Los Angeles y por 3×3 Magazine Pro Show o premios a la excelencia otorgados por Print, How International Design Award, Communication Arts Illustration Annuals y American Illustration Annuals.
Podría escribir un extenso párrafo describiendo su obra, pero creo que la mejor manera de conocer en profundidad a este autor es leer los párrafos que Emiliano nos ha enviado, las palabras que el mismísimo director artístico de The New York Times Book Review escribió como introducción a la monografía 10×10, publicada por Corraini en 2011:
“Hace seis años recibí un correo electrónico de un ilustrador del cual nunca había oído hablar. Recibí unas imágenes adjuntas en jpg y un link a su web. Recibo aproximadamente de 4 a 6 de estos correos cada día, y la mayoría son borrados. Pero éste, de un ilustrador italiano llamado a Emiliano Ponzi, me llamó la atención. Su trabajo era inteligente, gráfico y sorprendentemente elegante. Le encargué una ilustración, entonces otra y luego otra. Esto se transformó en una colaboración ganadora de premios durante seis años.
Emiliano es particularmente experto en encontrar metáforas visuales que resuenan con lectores. Las figuras que aparecen en sus ilustraciones son universales sin ser genéricas. Y como todos los grandes ilustradores es versátil. Puede cambiar fácilmente de un tema a otro, de ilustrar la crisis financiera un día, a ilustrar la crisis educativa el siguiente.
Emiliano Ponzi trabaja muy duro. Envía a sus clientes varias ideas más de las que son necesarias para hacer el trabajo, y en general todas son suficientemente buenas como para tener cabida en la publicación. No se jacta, tampoco es inseguro; simplemente se dedica al descubrimiento de la mejor solución posible.
Los ilustradores suelen ser una clase de persona excéntrica, y Emiliano no es ninguna excepción. Cuando lo conocí por primera vez me sorprendió por su generosidad y humor. Es el primer ilustrador que ha pasado de contrabando un kilo de queso Pecorino desde Milano a mi oficina en New York Times. Es muy talentoso y necesita muy poca dirección de arte, pero en coche tiene un sentido de la orientación terrible y no puede conducir 5 metros sin su GPS. Ilustrando, afirma que los directores artísticos son su GPS, señalándole el camino correcto.
La ilustración, la buena ilustración para ser más exacto, existe al borde entre el arte y el comercio. Puede ser que sea un encargo para una publicación, pero cuando se acaba, va más allá de los límites de publicación y conmueve al lector. Según Bruno Munari, “El diseñador es por lo tanto el artista de hoy, no porque es un genio, si no porque trabaja de tal modo para poder restablecer el contacto entre el arte y el público, porque tiene la humildad y la capacidad de responder a lo que la sociedad en la que vive demanda de él… ” Lo mismo puede decirse de Emiliano Ponzi.”
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Web del autor:
http://www.emilianoponzi.com/

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